La obtención de fotografías astronómicas, a veces puede ser una tarea un tanto elaborada o complicada. Somos conscientes de que lo que vamos a intentar capturar es luz procedente del espacio, que ha viajado miles y millones de años hasta atravesar las lentes o espejos de nuestro telescopio hasta llegar al plano del sensor de nuestra cámara. Para sacar una buena foto, al menos de cielo profundo, de esa luz tan antigua ( ¡SI! estamos fotografiando lo que pasó hace miles de años! el pasado! ) tienes que tener claro que no tiene que haber Luna ni contaminación lumínica parásita que pueda atenuar o mezclar esa señal, que también tienes que haber hecho los deberes de dia ( programar la sesión y las fotos, elegir objeto, mantener el equipamiento, informarse del objeto que vas a fotografiar, etc...) y sobre todo estar con ánimo, ya que seguramente te desplazarás unos kilómetros, estarás solo durante muchas horas en las que hará frio o habrá muchos insectos y tu eres el factor clave para que haya un resultado.
Hoy por hoy, tenemos la ¨suerte¨ de vivir en una época en la que todo se simplifica mediante el uso de la informática, utilizando ordenadores y programas que automatizan los instrumentos astronómicos para que estos trabajen de forma homogénea y fluida, entendiéndose entre ellos los distintos drivers y programas. Una vez se ha conseguido esto, las noches son programadas en horas de fotografías de largas exposiciones ( normalmente de 4 minutos o más por foto) en las que trabajará de forma autónoma el telescopio, sin supervisión de la persona a pie de campo, mientras tenga un buen funcionamiento mecánico y una correcta alimentación eléctrica.
Aunque son muchos ( ¡muchísimos! ) los puntos y pasos que pueden fallar en una noche de astrofotografía de cielo profundo, una vez se tiene experiencia, se programa la sesión y se han supervisado con anterioridad las configuraciones y los equipos (cámaras, enfocador, rueda portafiltros, tubo guia, montura, ordenador, baterías, cables, trípode, holguras en tren óptico, medidas del backfocus, etc...) se puede decir que uno podrá dormir tranquilo mientras la obtención de imágenes sigue su curso. Han sido muchas las noches frustradas en las que aún saliendo todo bien, a la media hora de empezar se nubla el cielo, al final lo más importante es la paciencia.
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